Hoy he pedido públicamente al Lehendakari que dé un paso al frente en defensa del Tren de Alta Velocidad. Se lo he pedido porque el mundo del abertzalismo radical quiere convertir el proyecto de la ‘Y’ vasca en un nuevo Lemoiz y no lo podemos consentir. Bastante ha tardado ya el AVE en llegar a Euskadi como para que ahora la irresponsabilidad de unos y las amenazas de otros lo retrasen aún más.

Quería también que las empresas y los trabajadores encargados de la construcción de esta infraestructura, vital para el progreso del país, sintieran el aliento y la solidaridad de todos los Socialistas vascos y de la sociedad entera. Porque nos jugamos mucho en un proyecto que no solo mejorará los desplazamientos entre las tres capitales vascas y la conexión con el resto de España y de Europa, sino que también reducirá el problema ambiental que suponen los miles de camiones que diariamente circulan por nuestras carreteras.

Ibarretxe se pregunta últimamente de qué sirve ser Lehendakari si no puede hacer su consulta. Yo le respondo que sirve, entre otras muchas cosas, para liderar proyectos como éste, que van a mejorar la vida de muchas personas y van a contribuir de forma decisiva al desarrollo social y económico del país.

No podemos permitirnos perder este tren ni consentiremos que nadie nos impida hacer este viaje.