El Parlamento Vasco ha acogido hoy la primera sesión del Pleno de Investidura. Dos candidatos a Lehendakari han subido a la tribuna de oradores, pero lo han hecho sin hacer sus deberes. No han cumplido con el primer mandato de la sociedad vasca: buscar acuerdos.

El candidato del PNV espera que seamos los grupos de la oposición los que asumamos la responsabilidad que a él le corresponde, pero está equivocado. La responsabilidad de sumar, de buscar acuerdos, de aprobar en este Parlamento las Leyes y las propuestas, es suya. No la puede echar a las espaldas de los demás.

Yo no he presentado mi candidatura por responsabilidad, porque en estos tiempos difíciles no se puede andar con florituras.

Iñigo Urkullu sí. Y nos ha traído aquí las líneas generales de lo que dice que será su acción de Gobierno en los próximos años. Nos ha hablado de economía, de ayudas a las empresas, de lucha contra el paro… Nos ha hablado de paz y convivencia. Nos ha hablado de un nuevo estatus político…

Nos ha hablado de todo eso, pero no ha dicho nada. Enunciados, frases bonitas, declaración de intenciones…, pero ni una concreción. Ni una.

Es decir, el candidato a Lehendakari del PNV ha venido aquí solo, sin acuerdos y sin programa. Mal empezamos.

Pero Euskadi sí necesita acuerdos, aunque el PNV no los haya intentado. Acuerdos de país que dejen a un lado los intereses partidistas.

Yo no voy a hacer una oposición de revancha. Una política de rencor. Ni voy a ir a tierras lejanas a gobernar desde la oposición. Los Socialistas Vascos estamos dispuestos a buscar acuerdos para hacer país, no para deshacerlo. Acuerdos concretos para hacer frente a problemas reales.

  • Un acuerdo para la reforma fiscal.
  • Un acuerdo para la creación de empleo y la defensa de la Economía Productiva.
  • Un acuerdo para la defensa y modernización de los Servicios Públicos.
  • Un acuerdo para la modernización del país.
  • Un acuerdo para la defensa del autogobierno vasco.

Urkullu nos ha hablado de la elaboración de un nuevo estatus político para Euskadi. Pero hay una prioridad anterior: defender nuestro marco de autogobierno, amenazado por los intentos neo-centralistas del Gobierno de Rajoy. Yo me he opuesto y me seguiré oponiendo a esa invasión de nuestras competencias y a la anulación material del sistema autonómico en España. Y me gustaría haber estado más acompañado en esta posición. Pero Urkullu tiene que hablar claro y decir sin ambigüedades lo que pretende. ¿Derecho a decidir y su ejercicio sujeto a pacto?

Yo no tengo miedo a los debates, y tampoco a las modificaciones, pero es necesario cumplir algunos requisitos democráticos:

  • Claridad: Tienen que decirnos, qué es lo que exactamente quieren hacer, cuál es su objetivo definitivo. Y si es la independencia, que lo digan.
  • Legalidad democrática: Las cosas se pueden cambiar, pero hay que hacerlo dentro del respeto a las normas que nos hemos dado entre todos.
  • Y respetar la libertad de identidad: Las instituciones públicas deben renunciar a fomentar una única identidad para toda la ciudadanía para convertirse en garantes de la elección personal de cada uno.

Estamos dispuestos a llegar a acuerdos que beneficien a Euskadi y estaremos enfrente, con toda contundencia, de aquello que le perjudique.

Tenemos líneas rojas, porque ni vamos a traicionar nuestros principios, ni vamos a abandonar a nadie a su suerte en éste país. Y tenemos, también, líneas verdes por las que transitar juntos para construir la Euskadi que queremos. Entre todos, y no unos contra otros.

Por respeto a los que nos han votado que lo han hecho para que sigamos defendiendo la libertad, la igualdad y la justicia social.