El primer problema del sistema democrático es su debilidad para garantizar a la ciudadanía que su voz decida en todos los ámbitos de la vida colectiva: el gran problema de la democracia hoy es su incapacidad para controlar la economía especulativa y para poner el capital al servicio de los intereses generales y del progreso colectivo estrangulando así la verdadera voluntad democrática.

Así comienza el artículo que hoy publico en El País y en el que trato de desgranar los grandes desafíos de la democracia y de los partidos hoy.