Hoy presento el modelo económico y fiscal que defiende mi candidatura. Pero hablar de modelo económico o fiscal, exige hablar antes de modelo social, porque es imposible entender el uno sin los otros.

A partir del año 1945, una multitud de medidas políticas adoptadas en la misma dirección y objetivo fue creando un modelo social que vino en llamarse Estado de Bienestar.

Han sido los treinta años mejores de la historia de la humanidad, especialmente en Europa. Los treinta años en los que más pobres dejaron de serlo. Treinta años de una enorme movilidad social y un avance en la igualdad de oportunidades

Pero a partir de los ochenta este modelo perdió la hegemonía en la opinión pública a favor de la revolución conservadora, que ha ido cuestionando todas las bases del Estado del Bienestar para después desmontarlo (como se ha demostrado en esta última crisis).

Pero el ataque más feroz no ha sido (aunque a veces lo manifestemos) el ámbito de los servicios públicos. El ataque más grave se ha producido en el mercado laboral y en la distribución de la renta colectiva, en los mecanismos establecidos (salarios y fiscalidad) para repartir la renta común.

Por ello, a la hora de presentar el modelo económico y fiscal, quiero hacer un planteamiento global de la cuestión, y apostar por un nuevo Pacto Social de la Ciudadanía con el Capital.

Un nuevo Pacto Social basado en tres ejes:

Distribución más equitativa entre las rentas del capital y las rentas salariales.
− Una fiscalidad que refuerce el carácter progresivo y asuma también el objetivo de la redistribución
− Un Estado emprendedor que recupere la iniciativa en la economía con decisiones estratégicas a medio y largo plazo
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Podéis conocer aquí el detalle de esta propuesta, así como el modelo económico que propongo para avanzar hacia una economía más productiva y con mayor nivel de igualdad y redistribución.

Un nuevo Pacto Social de la Ciudadanía con el Capital