Euskadi no va bien. Hoy estamos peor que hace año y medio. Nuestra economía no arranca. Tenemos 20.000 personas menos trabajando y mucho más paro. Cientos de jóvenes están abandonando el país como en los peores tiempos pasados. Las empresas siguen con problemas de financiación. Los emprendedores no encuentras apoyo suficiente. Y cada día hay nuevas personas que han agotado el subsidio de desempleo y se quedan sin ningún recurso.

Y frente a esta terrible realidad, tenemos un Gobierno en Euskadi que se limita a traernos periódicamente planes llenos de promesas idílicas que duran lo mismo que la rueda de prensa de su presentación.

No podemos esperar más tiempo. El 2013 fue un año perdido para Euskadi. Un año sin Presupuestos y sin medidas eficaces para hacer frente a la crisis. No nos puede pasar lo mismo este año.

Por eso, en el Pleno de Control de ayer pregunté al Lehendakari qué actuaciones de choque pretende desplegar su Gobierno para dar alguna esperanza a las más de 179.000 personas, que queriendo trabajar, no puedan acceder a un puesto de trabajo en nuestro país (os dejo aquí el vídeo).

Y la respuesta fue previsible: el empleo es una prioridad, vino a decir Urkullu. Y adelantó que pronto presentará cuatro nuevos programas de actuación.

Bienvenidas sean todas las inicitivas. La pregunta es: ¿éstas se van a ejecutar? ¿O se van a quedar en el limbo como las anteriores?

Porque la experiencia de este año y medio está siendo desoladora:

  • Acuerdo Interinstitucional para la Reactivación Económica y el Empleo con las Diputaciones: ha pasado un año y está parado.
  • Programas Formación Ocupacional de Lanbide y los Programas de Formación Continua de Hobetuz (incluidos en los Presupuestos de este año): estamos en abril y las convocatorias todavía sin publicar. Nos prometieron ahorrar más de 200 millones en empresas públicas y entes autónomos, pero lo que ha hecho de verdad es dejar de gastar casi 200 en los Programas de Formación de Lanbide.
  • Convocatoria del 18 de octubre del año pasado para ayudas a Ayuntamientos para contratación de desempleados. A día de hoy no hay ni un solo desempleado contratado.
  • Plan de Empleo 2014-2016 que prometía primera experiencia laboral para 23.000 jóvenes (mil más que el Plan de Empleo del año pasado). ¿Cuántos jóvenes han accedido ya a esta primera experiencia laboral?

Y puedo seguir poniendo ejemplos de grandes planes presentados, que a día de hoy están durmiendo el sueño de los justos: Programa de Estímulo Empresarial para financiar empresas, Fondo Euskadi para dotar de capital a nuevas iniciativas empresariales, Planes Renove…

Esta misma semana, sin ir más lejos, nos ha presentado un plan de internacionalización con 69 actuaciones, de las que sólo una se desarrollará este año, 9 el año que viene y 59 en 2016, año electoral, casualmente (largo me lo fías).

Quienes hemos estado en labores de Gobierno sabemos de las limitaciones de las instituciones para resolver problemas de esta magnitud. Pero hay que intentarlo.

Si decimos que la crisis y el paro son nuestra prioridad (“la prioridad entre las prioridades”, dijo ayer Urkullu), la gente tiene que ver que lo es de verdad, que concentra toda nuestra atención y nuestras energías. Y eso se hace desplegando con agilidad y diligencia todos los recursos disponibles, que los hay.

Así se demuestra el compromiso con las personas. No con cuñas publicitarias.

El Gobierno de Urkullu tiene que empezar a moverse de una vez. Tiene que dejar de enredarse con verificadores, consultas y selecciones deportivas y empezar a trabajar para liderar un gran esfuerzo colectivo, de toda la ciudadanía vasca, instituciones, agentes económicos y sociales para renovar nuestra economía y crear empleo.

El Lehendakari Urkullu tiene que dejar ya los powerpoint y traer su Gobierno al mundo real.