El Gran Acuerdo Nacional bajo la dirección de Pedro Sánchez o España despertó y Rajoy seguía ahí
Hay que dar por descartado un gobierno PSOE-PODEMOS por las razones ya conocidas y suficientemente debatidas en los medios de comunicación. Los sectores económicos, lo que llamamos “Bruselas” y en general los analistas “serios y responsables” ven solo dos alternativas: o un gran acuerdo PP-PSOE, al que se le agregaría Ciudadanos, con Rajoy de Presidente o nuevas elecciones generales probablemente en Mayo.
Analicemos primero el Gran Acuerdo Nacional (GAN) con la continuidad de Rajoy al frente del gobierno. Para empezar significaría una bofetada al 70% del electorado que voto en contra de la corrupción del PP y su indecente Presidente. Se repite constantemente que el PP ganó las elecciones pero no se aclara que estamos en un régimen parlamentario, no presidencialista como Francia, en donde la fuerza más votada si no obtiene la mayoría absoluta tiene que acordar con otras fuerzas los votos parlamentarios suficientes para formar gobierno. En este caso la mayoría, el 70% de los votantes, NO quiere a Rajoy de Presidente.
Por otro lado, y muy importante para el futuro democrático de España, la continuidad del PP-Rajoy es un acicate para las fuerzas centrífugas que han puesto en peligro la unidad de España (“Rajoy-PP como multiplicador de independentistas”) y significaría la fuga de los votantes del PSOE hacia las fuerzas antisistema y antidemocráticas aglutinadas en torno a Pablo Iglesias-Monedero-Podemos al producirse “la traición” del PSOE. (recordar al PASOK y el proceso de ascensión de Syriza al gobierno de Grecia). Esta solución es echarle gasolina al fuego.
La segunda salida, nuevas elecciones generales, en la práctica sería el diferimiento del anterior punto pero agudizados sus elementos polarizantes. Tanto el PP como Podemos apuestan por esta alternativa, más el segundo que el primero. Unas nuevas elecciones llevarían a la disminución de las fuerzas tanto de Ciudadanos, quizá su desaparición como en el caso de UPyD, así como del PSOE. El PP recuperaría el voto díscolo que se fugó a Ciudadanos, y Podemos absorbería la indignación y rechazo de las bases del PSOE. La polarización extrema, además de las consecuencias para la economía española en un momento que se está luchando por superar la crísis, es la peor salida y a ella hay que evitar llegar en lo posible.
¿Qué hacer, entonces? muy simple: un GAN pero bajo la batuta del PSOE y de Pedro Sánchez. Ante la imposibilidad y la inconveniencia de un pacto de izquierda con Podemos en ascenso y los peligros ya analizados de un GAN bajo el mando de Rajoy la única alternativa seria, responsable y políticamente viable es el pacto PP-PSOE-CIUDADANOS. La elección de Pedro Sánchez por mayoría simple con el apoyo de Ciudadanos y la abstención del PP permitiría ensayar poner en práctica las políticas prometidas tanto del PSOE como de Ciudadanos y que en algunos casos podrían coincidir con el PP. No puede haber una reforma constitucional sin el apoyo del PP y su mayoría absoluta en el Senado pero si una reforma consensuada con ellos. Lo mismo puede argumentarse con respecto a otras medidas coincidentes en unos casos con Ciudadanos y en otros con un PP reformado y modernizado sin Rajoy y sus adlateres.
Un gobierno “de izquierda” desbarajustaría la línea ascendente de Podemos y abre la puerta de las divisiones , propias de toda izquierda doctrinaria, principista y en algunos casos marxista-leninista al agudizar las contradicciones internas, exacerbadas al perder la perspectiva de obtener el poder. Este GAN con seguridad tendría unos condicionantes en cuanto a tiempo y políticas que por supuesto deben ser acordadas entre las partes. Un acuerdo de esta magnitud requiere del apoyo de los poderes que de verdad deciden y tienen verdadera influencia: comenzando por la Corte, los grandes banqueros, empresarios y medios de comunicación, la socialdemocracia y democracia cristiana de Europa y ¿por qué no? el sector modernista de la Iglesia del Papa Francisco.
El Gran Acuerdo Nacional bajo la dirección de Pedro Sánchez o España despertó y Rajoy seguía ahí
Hay que dar por descartado un gobierno PSOE-PODEMOS por las razones ya conocidas y suficientemente debatidas en los medios de comunicación. Los sectores económicos, lo que llamamos “Bruselas” y en general los analistas “serios y responsables” ven solo dos alternativas: o un gran acuerdo PP-PSOE, al que se le agregaría Ciudadanos, con Rajoy de Presidente o nuevas elecciones generales probablemente en Mayo.
Analicemos primero el Gran Acuerdo Nacional (GAN) con la continuidad de Rajoy al frente del gobierno. Para empezar significaría una bofetada al 70% del electorado que voto en contra de la corrupción del PP y su indecente Presidente. Se repite constantemente que el PP ganó las elecciones pero no se aclara que estamos en un régimen parlamentario, no presidencialista como Francia, en donde la fuerza más votada si no obtiene la mayoría absoluta tiene que acordar con otras fuerzas los votos parlamentarios suficientes para formar gobierno. En este caso la mayoría, el 70% de los votantes, NO quiere a Rajoy de Presidente.
Por otro lado, y muy importante para el futuro democrático de España, la continuidad del PP-Rajoy es un acicate para las fuerzas centrífugas que han puesto en peligro la unidad de España (“Rajoy-PP como multiplicador de independentistas”) y significaría la fuga de los votantes del PSOE hacia las fuerzas antisistema y antidemocráticas aglutinadas en torno a Pablo Iglesias-Monedero-Podemos al producirse “la traición” del PSOE. (recordar al PASOK y el proceso de ascensión de Syriza al gobierno de Grecia). Esta solución es echarle gasolina al fuego.
La segunda salida, nuevas elecciones generales, en la práctica sería el diferimiento del anterior punto pero agudizados sus elementos polarizantes. Tanto el PP como Podemos apuestan por esta alternativa, más el segundo que el primero. Unas nuevas elecciones llevarían a la disminución de las fuerzas tanto de Ciudadanos, quizá su desaparición como en el caso de UPyD, así como del PSOE. El PP recuperaría el voto díscolo que se fugó a Ciudadanos, y Podemos absorbería la indignación y rechazo de las bases del PSOE. La polarización extrema, además de las consecuencias para la economía española en un momento que se está luchando por superar la crísis, es la peor salida y a ella hay que evitar llegar en lo posible.
¿Qué hacer, entonces? muy simple: un GAN pero bajo la batuta del PSOE y de Pedro Sánchez. Ante la imposibilidad y la inconveniencia de un pacto de izquierda con Podemos en ascenso y los peligros ya analizados de un GAN bajo el mando de Rajoy la única alternativa seria, responsable y políticamente viable es el pacto PP-PSOE-CIUDADANOS. La elección de Pedro Sánchez por mayoría simple con el apoyo de Ciudadanos y la abstención del PP permitiría ensayar poner en práctica las políticas prometidas tanto del PSOE como de Ciudadanos y que en algunos casos podrían coincidir con el PP. No puede haber una reforma constitucional sin el apoyo del PP y su mayoría absoluta en el Senado pero si una reforma consensuada con ellos. Lo mismo puede argumentarse con respecto a otras medidas coincidentes en unos casos con Ciudadanos y en otros con un PP reformado y modernizado sin Rajoy y sus adlateres.
Un gobierno “de izquierda” desbarajustaría la línea ascendente de Podemos y abre la puerta de las divisiones , propias de toda izquierda doctrinaria, principista y en algunos casos marxista-leninista al agudizar las contradicciones internas, exacerbadas al perder la perspectiva de obtener el poder. Este GAN con seguridad tendría unos condicionantes en cuanto a tiempo y políticas que por supuesto deben ser acordadas entre las partes. Un acuerdo de esta magnitud requiere del apoyo de los poderes que de verdad deciden y tienen verdadera influencia: comenzando por la Corte, los grandes banqueros, empresarios y medios de comunicación, la socialdemocracia y democracia cristiana de Europa y ¿por qué no? el sector modernista de la Iglesia del Papa Francisco.
Mariano Acevedo R.